Casi 100 años han pasado desde que el Patriarca del Culto Mano Sangrienta llegase a Pavonis. Lentamente, tras seis generaciones, el culto ha logrado infiltrarse y hacerse con el control de algunas Factorías del planeta. Pero la increíble lucha de facciones que se está librando en el planeta han impedido que lleguen a ocupar puestos de poder.
Si bien la rebelión abierta no debería ser una opción hasta la inminente llegada de los dioses de las estrellas, algunos comandos de la muerte han comenzado a avanzar por el planeta, intentando desestabilizar otras ciudades.
Pero uno de esos comandos, la Wyrmblade Aryun, al mando del primus Ts’lamartik está embarcada en una misión que la puede llevar por todo el planeta.
El carisma de la Aryun se lo lleva el kelemorph Kharrnel, quien realmente logra que los demás hermanos sacrifiquen su vida en las misiones más extrañas que el primus Ts’lamartik planea. Otros agentes del Culto Mano Sangrienta acompañan a Ts’lamartik, ellos son el francotirador sanctus Hrats’an, y un maestro de la espada, el locus Sury.
Descubierto originalmente por el Magos Biologis Ludere Conludium en el planeta Khardakhut, de la Extensión de Koronus, el Culto Mano Sangrienta, es uno más de los que adoran al dios de cuatro brazos. Pero ya lleva casi 200 años expandiéndose. Ha llegado a 6 planetas, 4 en el Segmentum Obscurus y 3 en el Segmentum Ultima. Entre estos últimos está Pavonis.
Asalto a la Última Fortaleza
A través de un extraño salto en la disformidad, la Wyrmblade Aryun del Culto de la Mano Sangrienta se encontró en el sistema solar Bonaerensis, del Sector Argentum, justo a tiempo para que su líder, el primus Ts’lamartik escuchase los rumores del planeta conocido como Última Fortaleza. El kellemorfo Kharrnel, desenfundo su tres revólveres a la vez cuando su líder comentó los planes, y dijo: “La semilla que llevamos en la nave está ansiosa por nuevos adeptos. Mis amores (miró a sus armas) ansían hacer agujeros”.
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